martes, 24 de noviembre de 2009

Los animales Motilógicos I

Ave Fénix:


Una tradición judía afirma que el chol fue el único animal del Edén que resistió la tentación y conservo la vida eterna. Los egipcios la modificaron un poco y dieron a este ave el nombre de fénix, vocablo que se refiere a su color rojo, considerándolo un animal fabuloso, una especie de semidiós según la tradición, el ave fénix se consumía por acción de su propio fuego cada 500 años, y un ave fénix nueva y joven surgía de sus cenizas. Este mito se extendió ampliamente entre los griegos, que le dieron el nombre de Phoenicoperus, que significa alas rojas, apelativo que se extendió por toda la Europa romana. Durante la dominación romana, los primeros cristianos, influidos por los cultos helénicos, hicieron de esta singular criatura un símbolo viviente de la inmortalidad y de la resurrección. En la mitología del antiguo Egipto, el ave fénix representaba el Sol, que muere por la noche y renace por la mañana. Otro simbolismo que se le da al ave fénix es de la esperanza, ya que representa la esperanza que nunca debe morir en el hombre.


Anfisbena:

Entre tanta variedad, aparece la anfisbena, que es una serpiente con dos cabezas. Una en cada punta del fino cuerpo. Se dice que es muy peligrosa porque puede morder con cualquiera de sus dos cabezas. Pero, para que te muerda una anfisbena hay que andar muy distraído. Porque, como esta serpiente tiene dos cabezas, cuando una cabeza quiere ir para un lado, la otra quiere ir para el otro. Entonces las dos cabezas se pelean, discuten, se enroscan, se hacen un nudo y termina por quedarse quietas, sin ir a ninguna parte, sin moverse. La anfisbena, aunque puede ir en dos direcciones, está siempre quieta y vive cerca de los lugares con hormigas, que son sus únicas amigas.


Arpia:

La arpia, sea lo que sea, tiene forma de mujer. Durante el día o en lugares iluminados cualquiera la puede confundir con una mujer; pero de noche, o cuando cruza por alguna sombra, la arpia se transforma en lo que es: el pelo se le pone duro como espinas, la piel se le arruga, de la espalda le salen enormes alas de murciélago, su garganta sólo emite chillidos y tiene muy, pero muy, feo olor. Se dice que existen muy pocas arpias pero viven por siempre





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